Vamos a hablar un poco sobre la vida. Algo
sencillísimo, pero a la vez demasiado complejo para quienes viven tratando de
entenderla. Existen muchos tipos de personas: están quienes creen que no nacieron
para vivir, los que a todo le ven el lado positivo, los que fueron golpeados
por la vida misma y siguen levantándose, quienes disfrutan cada segundo, los
que creen que la vida se basa en lo material, los que viven para ayudar a los
demás, quienes sienten que una vida no alcanza, los que viven solos, los que
viven acompañados. Hay muchísimas clases de personas.
Sin embargo, no creo que la clave de la vida se encuentre en alguno de esos fines tan específicos. Vivir se trata de sentir, de tener tus propios ideales y perseguir tus sueños. Pero todos somos completamente diferentes, y es por eso que todos resolvemos las cosas y caminamos este largo viaje de distintas formas. Pero si me lo permiten simplemente les voy a dar mi opinión.
Sin embargo, no creo que la clave de la vida se encuentre en alguno de esos fines tan específicos. Vivir se trata de sentir, de tener tus propios ideales y perseguir tus sueños. Pero todos somos completamente diferentes, y es por eso que todos resolvemos las cosas y caminamos este largo viaje de distintas formas. Pero si me lo permiten simplemente les voy a dar mi opinión.
Lo cierto es que aprendí algo muy importante en lo que llevo
viviendo, y es que una de las cosas más
importantes en la vida es soñar. Sin sueños en la vida no hay emoción, no hay incentivo, no hay qué sentir.
Si hay algo indispensable, es nunca abandonar tus sueños; perseguirlos hasta el
final. Jamás se queden estancados en un “qué hubiera pasado si”. Esas
palabras por separado pueden ser muy inofensivas. Pero acomódenlas en ese orden
y van a tener el poder necesario de quedarles rondando en la cabeza por más
tiempo del que se imaginan, recordándoles que no tuvieron el valor necesario. Acaso
la vida no se trata de vivirla? Sin
arriesgarse a conseguir lo que uno desea con su corazón, no se puede vivir a
pleno. Y estoy segura de que un riesgo que podamos tomar por perseguir
nuestros sueños, jamás va a tener comparación con la recompensa de haberlos
alcanzado. Ese bienestar, esa satisfacción personal de darte cuenta de
qué tan lejos podés llegar si te lo proponés, esa felicidad que te invade el
cuerpo cuando lo conseguís, no tiene
comparación con nada. Nunca abandonen sus sueños. Y
por si se lo preguntaron, es verdad. Hay veces en las que soñamos con algo y
por más que nos la jugamos no conseguimos
el resultado que queríamos. Pero créanme, la vida es sabia, y
si no resultó de tal forma por algo es. Sin
embargo, es necesario resaltar que no va a ser un caso perdido o un fracaso por
el que hayan pasado. Todo lo contrario. Va a ser una experiencia que va a recordarles siempre lo capaces que son al
momento de ir a buscar lo que queremos. Por lo que nunca deben bajar los
brazos. Busquen algo que los incentive. “El ave azul, que a lo lejos sueles ver, es tan agorera como el lucero
del atardecer. No se puede comprar ni se puede tocar pero existe en verdad para
hacer nuestros sueños realidad”. Es necesario incluso, que todos tengamos alguien o algo que nos recuerde
que no debemos darnos por vencidos. Les aseguro que si van detrás de sus sueños
nunca se van a arrepentir.
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